Enfocados en los Resultados

Sin Perder de Vista a las Personas
En el mundo empresarial, a menudo se nos enseña que para tener éxito debemos enfocarnos en los resultados, marcar objetivos claros y dirigir todos nuestros esfuerzos hacia su consecución. Sin embargo, cuando este enfoque es demasiado rígido, podemos perder de vista algo fundamental: las relaciones y las necesidades de los miembros del equipo.
Aquí es donde los caballos nos ofrecen una poderosa metáfora.
¿Mirada de depredador o de presa?
Los depredadores, como los lobos o los felinos, tienen los ojos al frente. Esto les permite concentrarse en su presa con una visión enfocada y lineal: fijan un objetivo y van tras él con determinación. En el mundo corporativo, este tipo de enfoque se asemeja a un liderazgo obsesionado con los resultados, donde todo gira en torno a metas, cifras y productividad.
Los caballos, en cambio, son presas. Sus ojos están ubicados a los lados de la cabeza, lo que les proporciona un campo de visión de aproximadamente 320 grados. Esto les permite detectar amenazas y cambios en su entorno sin perder de vista a los demás miembros de la manada. En términos de liderazgo y trabajo en equipo, esta perspectiva representa un enfoque más holístico, donde el objetivo es importante, pero también lo es el bienestar y la conexión entre los miembros del equipo.
El Equilibrio entre Visión y Conexión
Un equipo verdaderamente exitoso no es aquel que solo persigue objetivos, sino aquel que logra resultados sin descuidar a las personas que los hacen posibles. Los caballos nos enseñan que:
- Enfocarse solo en el objetivo (visión de depredador) puede generar presión, desmotivación y falta de conexión en el equipo.
- Mantener una visión periférica (como los caballos) permite alcanzar metas sin perder de vista el bienestar del grupo.
- La seguridad y confianza en la manada es clave: cuando los miembros de un equipo sienten apoyo y reconocimiento, trabajan con más compromiso y creatividad.
- El equilibrio entre foco y relación es esencial: saber cuándo avanzar con determinación y cuándo detenerse a escuchar, ajustar y cuidar el entorno.
Aprender de los Caballos para Mejorar el Trabajo en Equipo
En el liderazgo y el trabajo en equipo, adoptar la «visión del caballo» significa combinar enfoque y amplitud de miras. Se trata de establecer metas claras sin descuidar la comunicación, la colaboración y el bienestar de los miembros del equipo.
Los equipos que logran este equilibrio no solo alcanzan sus objetivos, sino que lo hacen de una manera más sostenible y humana, fortaleciendo la confianza y la cohesión en el camino.